A veces me da por pensar en la cantidad de días intrascendentes (cuando no chotos y desagradables) que pasé con mi padre y en lo irónico que resulta que hoy no pueda robarle a la vida dos mugrosas horas para sentarme a tomar un café con él. Pido eso, nada más. Dos malditas horas. Pero no. El tiempo es lineal y pasa indiferente. Le da igual lo que uno haga con él y no admite dosificaciones.
5 comentarios:
De las realidades más difíciles de sobrellevar, sin dudas.
y cuántos momentos y personas estamos desperdiciando hoy que vamos a lamentar en un futuro?
el gran reto es librar la batalla del presente.
digo esto y también me pregunto quién será el hdp que triunfa en esa batalla.
hay que estar muy atento al uso del tiempo diario. el de minuto a minuto.
Indudablemente, para lo único que sirve esta reflexión es para tratar de tener mayor conciencia del tiempo presente y de todo lo que a uno lo rodea.
También me gusta la idea de dosificar el tiempo de alguna forma. Es una idea, nada más. Yo tengo cierta tendencia a la divagación.
Publicar un comentario