jueves, 21 de julio de 2011

martes, 19 de julio de 2011

Dinámica de las ideas

En algún libro que leí por ahí, el autor decía que una gran idea tenía siempre la fuerza necesaria como para sacudir una estructura mental determinada, pero que si esa idea no era machacada lo suficiente, la estructura volvía finalmente a su forma original, como un elemento flexible que se estira pero, tarde o temprano, vuelve a ser lo que era. La idea subyacente es que esas estructuras generan una inercia, un hábito mental, que es realmente difícil erradicar. La lectura de una gran idea genera un pensamiento poderoso, pero finalmente se trata de un pensamiento nuevo. Los programas mentales, eso que podríamos llamar paradigma, se desarrollan en cambio durante años y por lo general en la etapa formativa de la vida, en donde se tienen pocas defensas. Por eso, si lo que se pretende es un cambio de paradigma no queda otra que leer una y otra vez las mismas cosas, hasta que se transforman en ideas innatas. Las ideas innatas son, ya se sabe, las que logran tener una emoción asociada. Esto es algo que explica muy bien Goleman. Con las ideas no alcanza. Y me lo repito una y otra vez, porque siempre es necesario volver a entenderlo. Ideas (repetición), acción, emoción. Sin esa secuencia no hay nada.