viernes, 30 de septiembre de 2011

sábado, 24 de septiembre de 2011

domingo, 18 de septiembre de 2011

martes, 13 de septiembre de 2011

Escuchando un tramo de una entrevista a un conocido conductor televisivo, me encuentro de golpe con la pregunta obligada: "Vos, que ya tenés mucho, que podés comprarte la mejor casa, el mejor auto, el mejor yate, ¿qué sentís por la plata? ¿qué pensás de esa ambición desmedida de mucha gente que nunca se conforma, que siempre quiere tener más?"
Y claro, no lo entiende. El pobre no lo entiende. Atrapado en su mundo de escasez, no puede ver más allá de su universo de necesidades materiales.
¿Querés saber por qué estos hombres nunca se conforman con lo que tienen? ¿De verdad querés saberlo? Es fácil: nunca se conforman porque lo que realmente desean poseer no son cosas, sino personas. No desean tanto comprar yates como voluntades. Desean poder, desean la incomparable sensación de dominar a sus semejantes.
Y esa tarea de reinar, de imponerse al mundo, como se sabe, nunca puede terminar del todo.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Qué ganas que tengo de ver a Jimmy Page!

jueves, 8 de septiembre de 2011

Hace unos días estaba en Austria echado en el sillón, viendo un poco de tele y tomando unas cervezas. De golpe, sentí un bajo que empezaba a sonar en la terraza del edificio de enfrente.
Era de noche, con lo que el ambiente favorecía la evocación. Recordé mis épocas de banda, la emoción de la composición, la adrenalina de saber que en algún momento eso que se estaba creando sería tocado en vivo, el feedback (o no) con el público.
Lo extraño de mi último vivo es que tenía una conciencia pasmosa de que lo era. Por lo tanto, lo que tenía de lúgubre (algo, no demasiado) lo compensaba con la intensidad de saber que se acabaría y que tenía que disfrutarlo al máximo. Cuando me bajé del escenario pensé: "bueno, se terminó, es muy probable que nunca más vuelvas a hacer esto". Recordé también que eso mismo había pensado con Amnistía, mi primera banda, y sonreí.
A veces me sigo preguntando si aquel recital fue, efectivamente, el último de mi vida.
Y la verdad, se los confieso, no estoy seguro.