lunes, 23 de enero de 2012

Qué lindas que son las clavijas Kluson vintage en forma de tulipa de la Gibson.
Me gustan tanto que a veces me dan ganas de desafinar la guitarra a propósito para tener que echarles los dedos encima.

domingo, 22 de enero de 2012

viernes, 20 de enero de 2012

Ayer, mientras veía un poco de tele, enganché una de esas típicas peleas de gran hermano (me resulta increíble que se siga haciendo ese programa; no sé cuántas ediciones lleva ya, en fin...).
En este caso, el cruce era entre un flaco (putazo) y una mina.
El punto es que en un momento ella le decía algo como "me la banco porque estamos acá adentro; si estuviéramos afuera te re cago a trompadas".
¿Pueden creerlo? Ella, una mujer, amenaza a un hombre con cagarlo a trompadas.
Por su parte él, un hombre, no siente atracción por las mujeres sino, claro, por los hombres.
Ya sé que no tiene sentido sacar ningún tipo de conclusiones a partir de un hecho puntual, pero la frecuencia con que veo este tipo de cosas no puede menos que llamarme la atención.
Lo confieso: el desorden de roles que desde hace años estamos viviendo no deja de sorprenderme.
Demasiadas mujeres renegando de su naturaleza y sin la menor dosis de femineidad.
Demasiados hombres acobardados, faltos de carácter y sin la menor dosis de dignidad.
Pero claro, ¿qué hacer cuando se ha instalado con tanta fuerza la idea de que todos los roles hombre/mujer del pasado son una mera arbitrariedad pergeñada por un género para someter al otro? De ahí al resentimiento y la culpa hay un solo paso.
Ha habido opresión, eso es innegable. Pero también es innegable que hay una dimensión biológica, evolutiva, que explica infinidad de comportamientos.
El problema en este campo de las relaciones es que se ha instalado la falacia de la igualdad.
Así como la religión ha jodido completamente la fisiología y el equilibrio emocional del ser humano con sus infinitas trabas a la sexualidad, del mismo modo (en mi opinión) esta falacia de la igualdad y esta confusión total de roles está destruyendo completamente el equilibrio yin yang en las relaciones hombre/mujer.
Así las cosas, ¿a quién puede sorprenderle el grado de alienación en que vivimos?

sábado, 14 de enero de 2012

Sólo cuando uno pone el corazón en lo que está haciendo tiene chances de triunfar.
Todo lo demás es desperdiciarse.

miércoles, 11 de enero de 2012

martes, 10 de enero de 2012

Con el tiempo he notado que una de las características más salientes de la gente pobre es hablar de posesiones en diminutivo.
Ellos no tienen o quieren comprarse una casa; tienen o quieren comprarse una casita.
Tampoco tienen o quieren un auto, sino un autito.
Del mismo modo, tienen o aspiran a un laburito, y así podríamos seguir con la lista.
Es impresionante hasta qué punto el lenguaje de una persona revela el paisaje mental en que transcurre su vida.
En un mundo limitado y pequeño, el lenguaje y las ideas que se articulan también lo son.
Y como los pensamientos y el lenguaje crean la realidad en la que se vive, la consecuente fatalidad de todo esto es una pobreza que se reproduce a sí misma.
Así, la pobreza es, ante todo, una realidad interior que el exterior respeta y traduce.
Ya sé que al escribir esto me expongo a ser tildado de reaccionario, facho, darwinista social o idiota útil de la explotación capitalista, pero más allá de eso (que tengo muy presente y no desdeño) lo que quiero resaltar es hasta qué punto las ideas tienen el enorme poder de trazar nuestro destino.
Ideas, paradigma, cosmovisión.
Existen sobrados ejemplos de personas cuyas vidas dieron un vuelco a partir de un cambio radical en sus pensamientos dominantes.
El mundo, esa realidad multiforme y compleja es, finalmente, lo que nosotros pensamos que es.
Causa, efecto. He ahí una de las lógicas más implacables del universo.
La advirtamos o no.

domingo, 1 de enero de 2012