Hace ya varios días que he empezado a caminar de manera regular.
Si bien mi idea original era correr, leyendo algunas páginas en internet llegué a la conclusión de que lo más sensato (y con posibilidades de éxito) era salir de manera gradual de un sedentarismo que a esta altura ya forma parte de mis más caras tradiciones.
Bueno, no sé si sedentarismo sería la palabra, porque al hábito de caminar lo he tenido siempre, aunque desordenado (esto es, caminar siempre que se presenta la oportunidad, no como resultado de una rutina preestablecida). Digamos, entonces, ausencia de actividad deportiva regular. Si hay algo que lamento es que mis padres no me hayan inculcado el hábito de hacer deporte. Ya sé que es difícil inculcar un hábito que no se tiene, pero aún así lo lamento.
El programa, entonces, consta de tres fases. Primero, dos o tres semanas de caminatas diarias de unos treinta a cuarenta minutos. Segundo, caminatas combinadas con algo de trote. Y tercero, correr.
Esto es lo primero que tengo que hacer. Una vez cumplida esta etapa, pensaré en la posibilidad de un deporte complementario.
Todo corte con la holgazanería es una oportunidad para educar la voluntad. Trato, por lo tanto, de motivarme mucho por ese lado. La perseverencia es todo.
2 comentarios:
estoy muy paja este último tiempo. casa-trabajo-trabajo-casa. y todos mis pasatiempos son sedentarios. estoy reducido deportivamente hablando a una sesión de tenis de una hora por semana. una cagada total. yo, una cagada total. vengo diciendo que voy a hacer h o b, pero cuando llega el momento no lo hago.
se ve que el deseo no es fuerte.
Che, avisame, yo me sumo
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