Sí, alternarlas es una posibilidad. Pero como dice Agus, el riesgo es terminar olvidando lo que había debajo. O sea, yo diría que hay que usarlas lo mínimo indispensable.
Solo las alternan los que tengan la fortuna de tener el Ascendente en Géminis. La máscara, como casi todo en esta puta vida, cuando uno se da cuenta de ella, suele ser tarde.
Creo que lo peor no es olvidar lo que hay debajo. Lo peor es que son los demás los que no ven que hay detrás.
por eso para mí no hay problema con olvidarse de quién es uno ni nada. uno es uno y sus máscaras. las máscaras, como las construcciones, tienen tanto de uno como lo que en teoría es uno.
"Creo que lo peor no es olvidar lo que hay debajo. Lo peor es que son los demás los que no ven que hay detrás."
Eso puede llegar a ser muy frustrante. Por eso no hay que dejarse puesta una máscara durante mucho tiempo. Si uno no se la saca, los demás terminan confundiéndola con la cara. Uno, uno, uno, uno, uno, uno.
9 comentarios:
una alternativa sería ir alternándolas todo el tiempo, de modo que ninguna tuviera el tupé de reclamar exclusividad.
Y además se corre el riesgo de olvidar qué es lo que había debajo.
Sí, alternarlas es una posibilidad.
Pero como dice Agus, el riesgo es terminar olvidando lo que había debajo.
O sea, yo diría que hay que usarlas lo mínimo indispensable.
Solo las alternan los que tengan la fortuna de tener el Ascendente en Géminis. La máscara, como casi todo en esta puta vida, cuando uno se da cuenta de ella, suele ser tarde.
Creo que lo peor no es olvidar lo que hay debajo. Lo peor es que son los demás los que no ven que hay detrás.
para mí las máscaras son un juego y una defensa. arrancan como defensa pero luego uno empieza a jugar con ellas, como si fueran ropajes.
me gustan las máscaras.
por eso para mí no hay problema con olvidarse de quién es uno ni nada. uno es uno y sus máscaras. las máscaras, como las construcciones, tienen tanto de uno como lo que en teoría es uno.
uno uno uno uno uno uno uno
nou nou nou nou nou nou nou
quedé idiota de tanto escuchar la palabreja.
Por eso decía que hay que tener cuidado con las máscaras que uno se pone.
Pueden ser un juego también, y ahí sí que es divertido.
"Creo que lo peor no es olvidar lo que hay debajo. Lo peor es que son los demás los que no ven que hay detrás."
Eso puede llegar a ser muy frustrante.
Por eso no hay que dejarse puesta una máscara durante mucho tiempo.
Si uno no se la saca, los demás terminan confundiéndola con la cara.
Uno, uno, uno, uno, uno, uno.
Hay algo que me rechina ante la idea de cambiar de máscara.
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