lunes, 15 de noviembre de 2010

Una de las cosas más dolorosas del paso del tiempo es la certeza de las vidas que uno ya no podrá vivir. En algunos casos tal vez no fueran más que sueños remotos sin ninguna clase de sustento. En otros, deseos profundos en los que se puso cierto empeño, aunque no todo el necesario. Como sea, había un valor en el hecho de soñar en sí, en sentir que todo podía hacerse, que todos los caminos podían ser trazados. Sin embargo, bien mirada, esa limitación puede tener un efecto benéfico: la capacidad de conectarnos con lo más esencial de nosotros mismos y poner el foco en aquellas cosas que dan sentido y permiten un despliegue pleno y profundo del yo.

6 comentarios:

a. dijo...

buena y lúcida reflexión. yo con el tiempo fui aprendiendo a desarrollarme en función de mis capacidades más que en función de mis anhelos. con esto no quiero decir que dejo de lado el soñar, sino más bien que trato de darle cordura a mis sueños. no es fácil y hasta por momentos puede ser cruel. pero bueno, así es la cosa.

Kco dijo...

lo que pasa es que cuando uno es chico sueña mucho, pero necesitaría veinte vidas para poder dar trama a todos esos sueños. y cuando uno se da cuenta de que hay cosas que empiezan a quedar de lado, ahí uno se da cuenta de que está creciendo y que se va a morir y que no va a poder cumplirlos y buaaaaaaaaaaaaaaa buaaaaaaaaaaaaaaaa buaaaaaaaaaaaaaaa

kco
a.k.a. la chilindrina

MARGARITA OROPEZA dijo...

¿No crees tú en las vidas pasadas y futuras? Creas o no, a mí la razón me dice: Ningún sentido tiene aprender tanto en la existencia, volverse sabio con la vejez, para que todo se vaya a la sepultura. Es contra la razón aceptar eso; el conocimiento -yo creo- no se crea ni se pierde, sólo se transforma. ¿En qué? Ah, eso no me lo preguntes... yo sí creo que podemos vivir todo, sólo que una vida a la vez.

Julián dijo...

Me encantaría pensar que eso es así.
De verdad, Margarita. Me encantaría. Bienvenida al blog.

Julián dijo...

Agus, el tema es que uno tiene muchas cosas que le interesan. El problema es que no se puede hacer todo y hacerlo bien. Ahí es cuando hay que empezar a tomar decisiones. Pero bueno, la vida es eso. Elegir.

Julián dijo...

Joaquín, en algún lugar leí esta frase: "el hombre es un dios cuando sueña". Creo que es cierto. Igual la idea del post era rescatar la limitación como un valor en sí.