martes, 24 de abril de 2012

"¿De qué cosas te arrepentís en tu vida?"
Esta pregunta, tan frecuente en entrevistas a personas públicas, es, creo, una de las más estériles y tramposas que uno pueda formularse.
Arrepentirse es trasladar el yo actual al pasado y pensar cómo se respondería a una situación ya vivida.
El problema es que entonces actuamos como actuamos porque nuestro yo era otro y no el actual; más aún, nuestro yo actual está en gran medida determinado por las situaciones vividas por los distintos yo a lo largo del tiempo, es decir por la sumatoria de esos yo pasados que, desde el presente, intentamos recrear y censurar de manera inútil.
¿De qué me arrepiento, entonces? De nada. No hay ningún pasado al cual volver y lo que hace la diferencia, en definitiva, es la forma en que uno se responde los por qué/para qué pasan las cosas.
El infierno es, después de todo, una forma de pensar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que arrepentirse es inevitable y hasta necesario. Es una forma de aprender. Es un proceso más. Otra cosa es el flagelo. Pero claro, en ocasiones las consecuencias de lo que hacemos nos sobrepasan y no sabemos parar de flagelarnos.

Esta es una de las cosas que pienso que se gana cumpliendo años. Una de esas cosas que te hacen más sabio. El reconocer el yo que fuíste y comprender las razones que fueron. Y que te de igual.

Sk

Julián dijo...

Sk, yo creo que todo lo que nos pasa y consideramos fracaso contiene la semilla de un éxito futuro, a condición de que en lugar de frustrarnos y quedarnos dándole vueltas, intentemos extraer una buena lección.
Si bien es un ideal, creo que el punto con no arrepentirse tiene que ver con eso.
Arrepentirse es un mal enfoque, genera una energía chota.
Creo que lo más adecuado es analizar lo que pasó y por qué nos jode y quién tendríamos que ser para que eso no pase otra vez.
Eso da un sentido a todo, sobre todo a lo "malo", que en realidad es sabiduría disfrazada.
Arrepentirse es una forma de negar nuestro yo actual, porque sin todo lo vivido no seríamos quienes somos.

Anónimo dijo...

Pero es que, a mi entender, para extraer la lección útil primero tenemos que reflexionar y eso te lleva a dar vueltas sobre el asunto. Supongo que depende de cada uno el tiempo que invierta en el proceso. No todos tenemos la misma capacidad de desapego, de frenar el remolino emocional que nos envuelve. No piensas, "bueno, esta es una lección que me va a beneficiar a larga". Más bien piensas que la has cagado y te sientes mal. No es cómodo equivocarse. A veces es muy doloroso. Y toda esa nebulosa es la que no te permite analizar, aprender y aplicar la lección en un futuro.

El arrepentimiento en si es un acto reflejo, un momento, un sentimiento puntual, que igual que cualquier otro, se nos puede ir de las manos.

Otra cosa es enroscarse en la nebulosa, victimizarse y no salir. Solo generas autosufrimiento, miedo y estancamiento.

Sk