jueves, 3 de febrero de 2011

Reflexiones de un jueves por la tarde

Leyendo algunas cosas sobre Led Zeppelin y una posible reunión y gira mundial de la banda me enteré de que en el concierto del 2007 en el O2 Arena de Londres quien se había encargado de tocar la bateria en reemplazo del legendario y fallecido John Bonham había sido nada menos que su hijo, Jason. Sentí algo de curiosidad, googleé el nombre y fui a parar a la página oficial del tipo. Ahí me encontré con un texto en Bio que en su segundo párrafo decía esto: "A lot of talented children have probably been asked by a parent to entertain family and friends, maybe in the living room, maybe sing a little, play an instrument. No big deal and a good way to get used to performing for others. But when Jason Bonham was a small child and got called in to entertain, the family friends he played his drums for could be anyone from Jimmy Page to some of the guys from the group Bad Company. That's what happens when your father is drummer John Bonham, one of the original members of the legendary rock band Led Zeppelin". Sé que muchas veces la fama o notoriedad de un padre puede resultar un peso, pero no pude evitar pensar en lo diferente que debe verse el mundo siendo hijo de un hombre que lleva a su living a tipos como Jimmy Page. Evidententemente la perspectiva desde la cual se vive tiene que ser muy diferente. Y si bien la figura del self-made man y el hecho de construirse a uno mismo casi de la nada es tal vez el estímulo más fuerte que pueda tenerse, no puedo dejar de pensar en los extremos que el azar teje en la vida de las personas. Quién sabe, tal vez a pesar de todo las cosas están siempre en su lugar y son lo que deben ser. Es mejor pensarlo así.

3 comentarios:

Kco dijo...

las cosas son lo que son. no sé ni siquiera si lo que deben ser. parece una verdad de perogrullo, o como coño se diga. pero todas las verdades de perogrullo encubren una sabiduría enorme: cada cosa es lo que es. uno de los heterónimos de pessoa lo decía. si no me equivoco era alberto caeiro.

esas cosas (tocar en el living de tu casa para page) son algo distinto para quienes lo hicieron que para quienes lo imaginan.

y acá caigo en una contradicción: nada es lo que es sino lo que se vivió.

Julián dijo...

Sí, es cierto. Las cosas son lo que son. El punto es que parece estar en la naturaleza humana preguntarse por qué son como son, y generalmente el que se siente menos favorecido en el reparto tiende a resentirse. Contrariamente a lo que puede parecer, cuando digo que tal vez las cosas son lo que deben ser, no estoy siendo fatalista ni reaccionario. Al contrario. Lo que quiero decir es que si uno es capaz de andar por la vida con los ojos bien abiertos y sobre todo de aprender las lecciones más importantes (y por qué no, dolorosas), la verdadera voluntad se impone. Me gusta pensar que nadie vive lo que no tiene que vivir y que el problema está en no aprender las lecciones. Por último, no hay dudas de que algo es distinto para quien lo vive que para quien lo imagina. Pero sin dudas que ser un chico de 7 años y ver a Jimmy Page en el living de tu casa debe darte una imagen del mundo mucho más interesante que la que puede tener el hijo de un pobre diablo resentido. Igual, como decía, finalmente creo que todo termina acomodándose si uno es capaz de merecerlo.

Julián dijo...

"y acá caigo en una contradicción: nada es lo que es sino lo que se vivió"

Sí, las dos cosas, ¿no? Hay hechos, incuestionables. El cómo se los vive y se los procesa es la segunda parte, tal vez la más relevante de todas a la hora de tener éxito o empantanarse.