miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ayer, mientras viajaba hacia Martínez, recordé algo que ya había pensado muchas veces (eso hago yo en los viajes en los que me encuentro totalmente solo: pensar y pensar): la gente es adicta a las emociones. Quiero decir, total y profundamente adicta. A veces podemos distraernos un rato con racionalizaciones, ideas bastante precisas de lo que es correcto, lo que conviene, lo que deberíamos hacer, etc., pero basta que nos topemos con algo o alguien capaz de activar el interruptor correcto para que todo el bello edificio se derrumbe. El mundo racional es apenas un simpático decorado con el que nos gusta recubrir nuestros deseos más caprichosos e incomprensibles. ¿Qué nos emociona? ¿Por qué? Responder esa pregunta es tan complejo como develar las razones que nos llevan a tomar un camino y desechar otros. No importa, de cualquier manera. Lo importante es saber que las emociones gobiernan al mundo. Sean capaces de proveerlas y todo les pertenecerá.
 

5 comentarios:

a. dijo...

está bueno pensar durante los viajes urbanos. en este caso compartimos destino, asi que se más o menos cuanto tiempo estás en ese trance. aveces no em gusta llegar porque vengo hilando bien, otras veces muero por arribar y creo que es porque mi cabeza no puede hacer el ejercicio de pensar bien.

Sk dijo...

Me cago en Blogger. Hay escrito una larga respuesta. Este tema me apasiona. Ni tengo memoria ni fuerzas para reproducir lo escrito, así que dejo lo que recuerdo del último párrafo.

Julián, deberíamos ser vecinos o algo así. Que charletas nos ibamos a dar sobre asuntos como este.

Sk dijo...

"Hay escrito una larga respuesta."

Había escrito

Julián dijo...

jaja, es verdad agus, a veces venís hilando bien y es una rotura de bolas llegar.
Yo lo que hago muchas veces es bajame 20 cuadras antes y hacer una caminata para redondear la cosa.
Bah, en realidad a eso de bajarme 15 o 20 cuadras antes lo hago seguido. Pensar rodeado de verde se me da de puta madre.

Julián dijo...

Pero che, Sk, ahora me dejaste con la entriga. Te tiro un pequeño tip de algo que yo hago en esos casos: al terminar de redactar, por las dudas, marco el texto y uso la función "copiar". Si alguna vez me caga, simplemente tengo que volver a habilitar la sección comentarios y poner "pegar".